lunes, 16 de febrero de 2009

Cuando los sueños se hacen realidad...


50 años…. ¿qué son 50 años?, un suspiro en la vida, quizás no son nada a la verdad, pero cuando estos se han forjado en base al trabajo y el esfuerzo, las penas y las alegrías, la fatiga y el cansancio, el sudor y las lágrimas, la abundancia y la escasez, la bonanza y la incertidumbre; está claro que reflejan un lento y largo caminar en el tiempo. Es el caso del Ballet de Santiago, baluarte artístico cultural de nuestro país que en este año de 2009, se apronta a celebrar sus Bodas de Oro en gloria y majestad.


Aún podemos visualizar y recordar en el imaginario, ese año de 1958 cuando un aguerrido y esforzado varón, ex - bailarín del Ballet Nacional Chileno de nombre Octavio Cintolesi, cuyo carácter fuerte, emprendedor y visionario, le permitieron a sus 34 años en un acto casi suicida, lanzarse al vacío con el único propósito de crear una alternativa diferente a la ya existente en el arte coreográfico de la época en Chile. Sus ideas, sustentadas en el academicismo francés e influenciado por el estilo neoclásico de Sergei Lifar , diferente al expresionismo alemán que desarrollara el Ballet Nacional Chileno, bajo la impronta del gran Ernst Uthoff por aquel entonces, generan el cimiento del BAM, Ballet de Arte Moderno, génesis del hoy aclamado Ballet de Santiago.

Gracias a una invitación de la Ilustre Municipalidad de Santiago, el novel conjunto pasa de la “Sardinera” (como se le llamaba cariñosamente a la pequeña salita subterránea del pasaje Almirante Montt en las cercanías del Cerro Santa Lucía, donde el conjunto ensayaba), a residir en el Teatro Municipal de Santiago, otorgándose para ello salas de ensayos, orquesta y una exigua subvención que cubría la mitad del año, sin embargo las ansias de su creador, la fidelidad de un grupo entusiasta de jóvenes reunidos del desaparecido Ballet Clásico Nacional, dirigido por Vadim Sulima, más otros de diversas academias existentes, y el compromiso de las autoridades municipales de la época, ven nacer un 13 de Abril de 1959 al BAM, Ballet de Arte Moderno; cuyo arduo trabajo le permitió debutar oficialmente en una fría tarde otoñal de junio del mismo año. Con el pasar de los años se incrementó el repertorio, nuevas producciones, sumando nuevos intérpretes y directores que con responsabilidad, mística y gran empuje, logran sortear los inconvenientes y grandes desafíos que demanda este niño en crecimiento.

Octavio Cintolesi junto a Sara Nieto y bailarines de la compañía en un ensayo en 1980. Foto gentileza de Poliakova. (Gráfica tomada de artículo “Teatro Municipal: Luces y sombras de un coloso” en Danza Hoy).

Es así como se hicieron temporadas nacionales con artistas locales y extranjeros donde primaban las buenas intenciones y los grandes sueños, más que los generosos recursos. Vemos de esta forma entonces, como los sueños que un día anidaron en la mente de Octavio Cintolesi, se hacían realidad en el tiempo y con ello el de muchos jóvenes talentos de la época que abrazaron esta profesión con pasión y mucho amor, sentando así las bases y soporte de lo que hoy en día, se ha convertido a través de los años el Ballet de Santiago. Muchos son los bailarines locales, extranjeros y de renombre que han engrosado sus filas, los cuales sería imposible de nombrarlos en su totalidad…..Para ellos todo nuestro reconocimiento y saludos es este festejo.

Con el paso de los años, el nombre de este conjunto artístico va cambiando conforme los nuevos logros y nuevas conquistas. Le conocimos también bajo el nombre de Ballet Municipal, posteriormente como el Ballet del Teatro Municipal y finalmente como Ballet de Santiago en la era de Iván Nagy. Ahora bien, el caminar de este conjunto está marcado por dos artistas importantes que marcaron una huella en la compañía. El primero es Octavio Cintolesi en su génesis y creación del conjunto, y 23 años después nos encontramos con Iván Nagy, director que abrió las puertas de la compañía hacia nuevos horizontes artísticos y geográficos, dando un reconocimiento internacional al Ballet de Santiago.

Ahora si de nombrar a terceros se trata, es justo mencionar a aquellos varones y a aquellas damas que tuvieron a cargo la compañía; pues de una u otra forma guiaron el timón de este barco ya crecido, que muchas veces navegó en aguas turbulentas y poco felices, pero que con dignidad supieron llevar la carga. Nuestro homenaje y reconocimiento en este cincuentenario a Charles Dickson, Norman Dixon, Blanchette Hermansen, Genovaite Sabaliuskaite, Alexander Prokofiev, Rosario Llansol, Iván Nagy, Dennis Poole, Imre Dosza, Luz Lorca, Marcia Haydée y Ricardo Bustamente.



El Ballet de Arte Moderno, fundado por Octavio Cintolesi, fue la piedra fundamental para la creación del Ballet de Santiago. Foto Archivo BS. (Gráfica tomada de artículo “Teatro Municipal: Luces y sombras de un coloso” en Danza Hoy).

Feliz cumpleaños y larga vida al Ballet de Santiago. Lo que un día Octavio impartió y sembró en jóvenes talentos con pasión y dedicación, años después, Iván cosechó en las nuevas generaciones. El sueño se hizo realidad….. gracias Octavio, gracias Iván….


Charles Benner

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